lunes, 30 de mayo de 2016

Solución A los Restaurantes Escolares

Es necesario utilizar la ética como herramienta para identificar las falencias presentadas en los actores involucrados en el tema de los restaurantes escolares, aquellos comportamientos morales que transgreden o vulneran los derechos de los niños, desde las esferas del alto gobierno, que no cumple con sus funciones constitucionales, ni legales, amparando los derechos de los niños escolarizados en este caso, hasta las manipuladoras de alimentos que realizan su función sin cumplir los mínimos protocolos de accesia.

Así mismo como la ética nos ayuda a identificar las falencias, también nos puede ayudar a recuperar los valores individuales, necesarios para conseguir una responsabilidad social, que garantice la no vulneracion de los derechos de los demás.


De esta manera se garantizaría que todos los procesos político administrativos dispuestos para llevar a cabo la alimentación escolar, cumplirían su objetivo.

  • Se le sugiere a la Ministra de educación que piense en la creación de una Unidad administrativa especial autónoma, que maneje estos recursos.
  • Se propone cambiar la modalidad de contratación de las manipuladoras.
  • Debe existir una supervisión diaria y permanente de parte de nutricionistas. Pero esto no se cumple.
  • En los colegios y otras entidades con alimentación escolar funcionen veedurías conformadas por estudiantes, padres de familias, docentes y directivos, que “sean entrenados” para vigilar el cumplimiento de las minutas patrón y diarias, que los operadores deben facilitar. Ese comité, incluso, debe tomar fotos y pesar la materia prima que entrega el operador con el fin de tener un registro de la calidad de los productos y de las cantidades recibidas
  •  Es vital adecuar las cocinas con buena ventilación, iluminación y cuartos fríos. Esto tampoco se cumple en la mayoría de instituciones.
  • Los padres deben conocer la cantidad y el tipo de alimentos a recibir por los alumnos para una adecuada nutrición, incluso que sepan que este proceso no se trata de cantidad sino de calidad.
  • Se considera importante que antes de iniciar un plan de alimentación evalúen el estado nutricional de cada estudiante para conocer su talla y peso, a fin de orientar de manera adecuada el tipo de atención que hay que poner en práctica (incluso para los pocos alumnos obesos). 
  • Al final del programa, igual, hay que evaluar el estado nutricional de cada estudiante y así se sabrá si lo que se hizo surtió efecto. Nada de esto debe seguir pasando y hay que preservar el bienestar de menores.








      domingo, 15 de mayo de 2016

      Desvio De Recursos Destinados Para La Alimentación De Niñ@S En Colombia



      Es un billonario negocio el programa de los alimentos escolares, PAE. Esta es una de las inversiones sociales más sensibles del país por eso debe tomarse conciencia de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos debemos poner límites a los que desvían dichos recursos. El PAE no se está cumpliendo el cometido, la calidad de la alimentación que se debe dar a los niños, en especial en el tema de higiene. Sobre el billonario presupuesto hay monopolios montados alrededor de estos contratos, a nivel municipal y departamental y en muchas ocasiones contratos que tienen nombre propio. Solo nos queda pensar, muchas veces se deja de lado la parte humana y la parte social por concentrar esfuerzos en la parte económica, que es importante claro pero no es el fin primordial de esto que llamamos alimentación, se trata de darle de comer a nuestras próximas generaciones y asegurar su futuro.


      Con ayuda de gobernaciones, alcaldías municipales, entidades privadas y cooperativas se pactan los contratos, con hogares comunitarios  entre otras entidades con experiencia en la prestación de servicios de alimentación con capacidad administrativa, organizativa, técnica, logística y operativa que permitirá llegar a un mayor número de beneficiarios en todas las poblaciones del país. Este programa beneficia a menores de edad pero tienen prioridad con los niños indígenas, desplazados, niños del sector rural y en el área urbana los menores pertenecientes a los niveles 1 y 2 del Sisbén, empezando por los grados escolares inferiores en zonas urbanas y rurales de todo el país, afirma el director regional del ICBF, José Ignacio Rojas Sepúlveda. Con un presupuesto de 9 mil millones de pesos, 51 mil 315 niños y adolescentes recibirán desayunos y almuerzos durante 180 días a través del programa de Restaurante Escolar, que suple un porcentaje de los requerimientos nutricionales de la población escolar, busca contribuir al mejoramiento del desempeño académico, la asistencia regular a las aulas y promover la formación de hábitos alimentarios saludables



      La ética debe constituir el punto de partida para plantear un desarrollo que perdure en el tiempo. Se trata de cambiar la actitud de las personas hacia una economía más racional, más humana y pensando no sólo en satisfacer las necesidades presentes, sino considerar los requerimientos de las futuras generaciones. Indudablemente, aceptar estos cambios demanda un elemento fundamental, como lo es la ética.


      El servicio ofrecido por el PAE se realiza en los colegios municipales, Centros de Atención Infantiles, CDI, y Hogares Comunitarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, en donde se reportaron hallazgos y se programaron  visitas técnicas y toma de muestras microbiológicas para establecer acciones correctivas y preventivas, aun así se detecta un incumplimiento de la normatividad sanitaria, problemas de contratación y dificultades en la infraestructura para el almacenamiento y manipulación de los comestibles, se conocen casos en los que suministraban alimentos contaminados con coliformes fecales, salmonella y moho.




      martes, 12 de abril de 2016

      El Comportamiento Hacia Los Animales. Una Aproximación Ética

      a) Todo médico o investigador tiene la obligación de tener siempre en cuenta el derecho a la autodeterminación de todo ser humano. Este principio implica que no se puede someter a ninguna persona a una experiencia o a una terapia sin su consentimiento explícito.

      b) Cuando se afronta el caso de tener personas que más o menos son incapaces de dar un consentimiento informado (niños en su más temprana edad, personas con deficiencias mentales severas, etc.) el segundo valor moral de nuestra civilización adquiere toda su importancia: el derecho a no sufrir. La aplicación correcta de este principio implica que todas estas personas no pueden ser objeto de terapias o de investigaciones sino a condición explícita de que el propósito y el fin de las mismas sea su bienestar, y aún en esos casos, se debe reducir el sufrimiento al mínimo.

      El libro de los muertos egipcios prohíbe maltratar al ganado, y la tradición hindú en particular, el Budismo y el Jainismo adoptan una actitud positiva hacia los animales. Pero en las tradiciones griega, romana y bíblica, el respeto a los animales era prácticamente inexistente; en consecuencia, la preocupación por su sufrimiento es un fenómeno relativamente reciente en nuestra civilización.
      El principio de que no se tiene el derecho de hacer sufrir, parece confrontarnos con una inevitable contradicción: nuestra intensa preocupación por el sufrimiento de los seres humanos por un lado, y nuestra incapacidad de tener en cuenta el sufrimiento de los animales, por el otro.
      Si se parte el principio de que debemos evitar el sufrimiento cuanto sea posible  principio que se impone cada vez más en nuestra cultura no tenemos el derecho de no tener en cuenta la posibilidad de que esta hipótesis crucial pueda ser correcta.

      El principio según el cual los seres humanos tienen derechos específicos porque son humanos es extremamente importante pero, que este principio sirva para justificar la existencia de una brecha tan profunda entre los seres humanos y los animales, hasta el punto de que ignore el sufrimiento de estos últimos, me parece toda una aberración.

      «El pluralismo bioético es una estrategia practicable sólo de los sistemas políticos liberal-democráticos, donde los individuos en cuanto ciudadanos construyen y respetan un contrato social que regula la mayor parte de las decisiones. Sólo en estas condiciones la solución pluralista sobre un tema bioético puede legalizarse en su respectivo ámbito y por ende, se está en situación de hacer valer los acuerdos entre grupos.» SALVADOR D. BERGEL


      Derechos Humanos Y Genética: Los Principios Fundamentales De La Declaración Universal Sobre El Genoma Y Los Derechos Humanos

      Los avances en el campo de la biología molecular y de la genética en los decenios precedentes nos colocan ante un panorama desconcertante que exige la búsqueda de criterios consensuados en un ámbito interdisciplinario.

      En los años ochenta se incorporan los derechos de «tercera generación» que más que al resguardo de los derechos subjetivos del individuo apuntan a la solidaridad como norte orientador. Constituyen en su conjunto una respuesta adecuada a los problemas creados por la sociedad tecnológica.

      Un cúmulo de temas relacionados con la vida y con la salud de los individuos surge por doquier: protección del medio ambiente, de la calidad de vida, planteamientos en torno al comienzo y fin de la vida, el sida, los derivados de la nueva genética, etc.

      Como antecedentes relevantes, cabe recordar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos alude en su Preámbulo a «la dignidad y el valor de la persona humana» y con más precisión, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos del 19/12/66 reconoce «que estos derechos derivan de la dignidad inherente a la persona humana». La  Declaración comienza por seña-lar que el genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad y diversidad intrínseca. En sentido simbólico, el genoma humano es patrimonio de la humanidad.

      Los genes son responsables de las características físicas, psicológicas, de las aptitudes y de los males del individuo, con olvido de la importante función que juega el fenotipo; los genes serían la causa de los rasgos destacados del sujeto, pero también los culpables de sus defectos y enfermedades, el ser humano no es más que la manifestación biológica del programa de instrucciones codificado en su ADN.

      Hoy sabemos que no hay genotipos bue-nos ni genotipos malos, sino colecciones de fenotipos que permiten a sus portado-res vivir y reproducirse con éxito en los ambientes en que la especie habita. Normalidad y enfermedad son en todo caso características del fenotipo y nunca del genotipo. Bien señala Knoppers que no es la enfermedad genética lo que constituye el mal, sino que es la diferenciación genética lo que constituye la base de la igualdad.

      Las mutaciones genéticas aumentan el riesgo de un individuo de desarrollar determina-dos cánceres o dolencias del corazón y probablemente aumenta el riesgo de la esquizofrenia o la depresión. Pese a ello estamos muy lejos de poder afirmar que existe un «gen del cáncer de mama» o «un gen de la esquizofrenia»

      Hoy, y pese a lo proclamado en la Declaración, el patentamiento de genes y secuencias de genes es una práctica común admitida por las oficinas de patentes de los países más adelantados en biotecnología (Unión Europea, EE.UU. y Japón). El material genético humano ha quedado sometido a las leyes del mercado.

      Los tratamientos vinculados al genoma se encuentran en una fase incipiente de experimentación. Mientras existen algunos protocolos en terapia sobre células somáticas, la terapia génica germinal es desechada por razones éticas y por los peligros que entra-ña. Las técnicas utilizadas presentan todavía cierto grado de riesgo cuando son invasivas, traducidos en pérdida fetal (aborto espontáneo, muerte en útero, mortis in acto), lesiones infecciosas fetales, perturbaciones neonatales y complicaciones para la madre (perforación visceral, des-prendimiento prematuro de la placenta, ruptura precoz de agua, infección, síncope y muerte de la madre, contracciones uterinas y trabajo de parto prematuro, hemorragia post partum).

      La confidencialidad genética de los estudio en este campo amplia la información con anomalías tales como enfermedades genéticas, enfermedades de etiología, multifactoriales que puede desarrollar el individuo en su vida.

      EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD

      “Definitivamente desencadenado, Prometeo, al que la ciencia proporciona fuerzas nunca antes conocidas y la economía un infatigable impulso, está pidiendo una ética que evite mediante frenos voluntarios que su poder lleve a los hombres al desastre”. HANS JONAS

      La Eutanasia Entre El Acortamiento De La Vida Y El Apoyo A Morir: Experiencias Del Pasado, Retos Del Presente

      La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimiento físico concretamente podemos establecer, que existen dos tipos de eutanasia.  Así, por un lado estaría la llamada eutanasia directa que es aquella que viene a definir al proceso de adelantar la muerte de una persona que tiene una enfermedad incurable. En esta caso a su vez, aquella se puede dividir en dos clases: la activa, que básicamente consigue la muerte del citado enfermo mediante el uso de fármacos; la pasiva que es la consiste en la consecución de la muerte de aquel mediante la suspensión tanto del tratamiento médico que tenía como de su alimentación por cualquier vía. La indirecta bajo dicha terminología que lo hace intentar paliar el dolor y sufrimiento de la persona en cuestión, y para ello se le suministra una seria de medicamento que como consecuencia no intencionada puede producir la muerte de citada persona.

      Los médicos son los responsables de ejecutar la eutanasia, por lo tanto con apoyo de los familiares del enfermo en cuestión. Hay casos, sin embargo, donde el enfermo se encuentra en condiciones de elegir sobre su propio cuerpo y solicitar la aplicación de la eutanasia. Esta práctica sin embargo está prohibido en la mayoría de los países.

      La eutanasia despierta todo tipo de debate éticos. Sus defensores aseguran que quitar el sufrimiento de la persona y que rechaza la prolongación artificial de la vida que lleva a situaciones que son indignas. Los detractores, en cambio, consideran que nadie tiene derecho a decidir cuándo termina la vida del prójimo.

      Cabe destacar que la eutanasia a lo largo de la historia ha sido utilizada como excusa para concretar la eliminación de grupos sociales. El nozismo promovia la eutanasia de los minusválidos, discapacitados por considerarlo inferiores y con el argumento de ser acto compasivo.

      Juramento de Hipócrates del siglo V/IV antes de Cristo. Eje central de este juramento, con sus prohibiciones y mandatos, es la negación de la eutanasia activa y la ayuda a cometer suicidio: «no le daré a nadie un remedio que pudiera causar la muerte, aunque se me pida, ni tampoco daré un consejo en esa dirección». El médico, no sólo debe preservar y proteger la vida, sino también evitar ponerla en peligro o acabar con ella. La promesa de los médicos de Ginebra de 1948 se inserta en esta tradición: «Respetaré la vida del hombre desde la concepción, incondicional-mente».

      Edad Media: Entre las obras de misericordia cuenta la ayuda en la muerte y el entierro del fallecido. Las siete virtudes clásicas y cristianas–sabiduría, valentía, humildad, equidad, fe, amor y esperanza– deben ser una ayuda en el trato con la muerte; sobre todo se debe destacar la esperanza que brinda el médico -en sentido tanto inminente como trascendente–; vivir significar tener esperanza, tener esperanza significa vivir («spiro dum spero»).

      Modernidad: La eutanasia cambia, de ahora en adelante, a una piedra de tope fundamental de la imagen del hombre, del concepto de vida y de la comprensión de la ciencia, de la relación médico-paciente así como también de la solidaridad entre los hombres. Este hecho no ha experimentado cambios hasta nuestros días.

      Siglo XX: En numerosos países se fundaron, a comienzos del siglo XX, sociedades para la eutanasia y, en diferentes ocasiones, se promulgaron informes para una legalización de la eutanasia activa. En las correspondientes discusiones tomaron parte médicos, abogados, filósofos y teólogos.

      Presente: La eutanasia; también es variada la realidad en los distintos países del mundo. Reiteradamente se llega a iniciativas que apuntan a la legalización de la eutanasia. Una amplia atención ha encontrado la reglamentación legal de Holanda.

      Según una encuesta empírica, en los Países Bajos en 1995, de 136.000 moribundas, a 3.200 se les practicó la eutanasia activa, la que en su mayoría es aprobada por los médicos holandeses; 9.700 pacientes habían solicita-do este tipo de muerte; 900 fueron asesinados por los médicos sin formular una petición expresa, puesto que consideraban innecesario otro tratamiento; en un 41% los médicos fueron obligados a pre-sentarse.


      «¿Cómo hablar de la muerte a los niños? ¿Cómo explicarles que alguien, padre, pariente o amigo, ha muerto o verosímilmente morirá? ¿Cómo ponerle dilema atroz frente a la realidad de su próxima muerte? «Obedeciendo a la oscura sensación de que los niños pueden ser perjudicados, les ocultamos los eventos naturales de la vida, que deberán conocer y entender inevitablemente. Pero el peligro para los niños no lo representa el conocimiento de la simple realidad de la finitud de la vida de los padres y de la propia ya que, por lo general, las fantasías infantiles tocan este problema y el miedo y la angustia, fruto de su vívida imaginación, a menudo lo agigantan» ROBERTA SALA

      LA ÉTICA DEL CUIDAR

      La ética del cuidado como se dice es un modelo ético que completa y matiza el enfoque de la justicia. Se trata de una propuesta de la humanidad que es respeto, a la libertad de los individuos, y la imparcialidad a la hora de tratarlos como iguales.

      La ética enfermería es un bien interno de la profesión es necesariamente cuidadosa. La enfermería y la medicina forman parte de un único acto sanita-rio, por más que sus funciones sean diferentes, que sean distintos los focos de atención que cada una de ellas enfatiza, que sean profesiones con características diversas, y que no puedan confundirse. La especificidad de cada una de ellas no se pone en duda. Pero sí el extremo de su diferenciación que origina dos absurdos: o bien la anulación de la tarea de la enfermería, que quedaría subsumida en la medicina, como quehacer auxiliar; o bien la distanciación de las dos labores, como si no tuvieran relación, cuando, en realidad, además de complementarse, ambas son tareas basadas en el cuidado.

      Como ya se ha indicado, la ética del cuida-do es, ante todo, un modelo ético que viene a compensar la preeminencia de las propuestas que se han impuesto mayor-mente desde la Modernidad, aquellas en las que predomina lo correcto como objeto de la ética, en las que se busca la justicia imparcial e igualitaria, y la defensa de los derechos, como base de unos mínimos para la convivencia.

      La ética del cuidado logra recuperar las emociones para la vida moral, insistiendo en que los problemas reales y vitales exigen prudencia, responsabilidad, y acciones  personalizadas, y no un mero análisis racional hipotético. Sin embargo, esta de-manda no es exclusiva de las profesiones sanitarias, ni se trata de una reivindicación de la aportación femenina a la ética, se trata de una verdadera transformación de la humanidad que supone una ganancia irrenunciable a la altura de nuestro tiempo: la solidaridad.


      «El consentimiento previo, libre e informado, a los fines de la investigación, el tratamiento o el diagnóstico relacionado con el genoma humano, constituye una garantía fundamental que parte del reconocimiento de la autonomía del sujeto. Es que conforme lo enseña Clotet, el consentimiento informado obtenido en forma correcta legítima y fundamenta el acto médico de investigación como justo y éticamente correcto.» SALVADOR D. BERGEL

      El Niño Moribundo: Verdad, Autonomía E Intereses En Conflicto. Lineamientos Para Una Discusión


      «La problemática de la muerte surge por el hecho que el individuo humano no es sólo un organismo sino también alguien que goza de símbolos, que capta significados simbólicos y que comunica sus sentimientos a los otros y a sí mismo en términos simbólicos»

      No siempre, entre otras cosas, se puede advertir en los niños el deseo propio de la edad adulta de curar de la enfermedad, vista como posible presagio de muerte. Para el paciente infantil, en efecto, la «curación» puede ser vista también bajo el aspecto desagradable de tener que adaptarse a una realidad

      La razón biológica no basta, más aún, no puede bastar nunca para hacer comprensible la muerte del propio hijo, para hacerla «razonable» y plausible

      La muerte infantil es percibida como la más antinatural e injusta de cualquier muerte imprevista, pero ¿en qué sentido debemos entender el término «natural» aplicado a la muerte?

      El riesgo de que tales convicciones induzcan al niño una falsa y masoquista aceptación del sufrimiento. Vista la enfermedad como forma de castigo, no hay mucha diferencia que esta sea leve o aguda. Lo que cuenta para el niño es el valor simbólico de la enfermedad, la cual le parece de hecho una prueba ulterior de su comportamiento «desviado».

      Sobre la humanidad, con que la medicina esta llamada a releer sus objetivos de sus posibilidades de la medicina toma de la religion ciertas expresiones linguisticas que remiten a caracteres de sacrilidad sino de misterio.

      La medicina misma, cuando se vuelve hiperespecializada, cree poder dar un sentido a la realidad aduciendo de ésta múltiples pero fragmentarias explicaciones. En realidad, lo cierto es que la medicina ha contribuido de esta manera a sofocar la búsqueda de sentido. «...la medicina, como fenómeno social de normalización de las desviaciones sociales en tantos casos y situaciones, puede parecer una instancia destinada a reprimir la interrogante fundamental del ser humano puesto ante el problema de la verdad de su existencia. Querer encontrar a toda costa la causa orgánica de un malestar «metafísico» es una actitud seguramente homicida, aunque no sea deliberada ni siquiera consciente.

      La percepción de que la condición de enfermedad constituye un «peligro» para el niño varía notable-mente pasando de una fase patológica aguda a otra crónica: el paciente que sufre una enfermedad aguda, en efecto, no parece tener tiempo para activar mecanismos de defensa, ni para estrechar relaciones con el personal sanitario del departamento donde es cuidado, ni para confiar a nadie sus temores y angustias, Para superar o por lo menos aligerar tales angustias se propone el remedio de la «anticipación»: se trata de preparar al niño a la experiencia terapéutica que está llamado a soportar, respetando sus tiempos para hacer realidad una satisfactoria comprensión consiste  inducir al niño a librarse de las angustias y de los conflictos reservan-do sus «preocupaciones» en muñecas u otros juguetes. Concluye diciendo que la honestidad y la caridad nunca son perjudícales, para evaluar el niño frente a la muerta. Se cuenta que un grupo de niños hospitalizados que uno de sus compañeros había muerto, pero el personal sanitario les había mantenido a oscuras, deciden con naturalidad, espontanea, recoger dinero para poder ofrecer unas flores para sammy.


      Los adultos en estas circunstancias ofrecen haber querido con deliberación no decir la verdad y admiten además que es mejor no hablar, a menos que los niños mismos sean los que pidan explicación.

      «Calidad de vida» no es incompatible con el de sacralidad de la vida humana, sino, muy al contrario complementario suyo. Por su parte, la «calidad de vida» comprende varios niveles, por lo menos tres: calidad de vida privada o de máximos, calidad de vida pública o de mínimos, y el criterio de la excepcionalidad que permite justificar excepciones a la norma de acuerdo con criterios de calidad, a la vista de las circunstancias que concurren en el caso y de las consecuencias que se producirían de no hacerse así». DIEGO GRACIA G