Primera
Tesis
El termino
calidad de vida tiene una historia relativa breve. Deriva de la teoría de la
calidad de materiales, que comenzó hacer elaborada en las primeras décadas de
nuestro siglo. De ahí pasa a la ciencia humana, especialmente a la Economía y
la Sociología en los años sesenta, en tiempos de los presidentes Kennedy y
Johnson.
El termino calidad de vida no tiene
menos de 30 años, en principio pensaron que la calidad de vida de los seres
humanos y de la sociedad, dependía de dos tipos de factores, uno positivo, la
riqueza económica, y otro negativo, como cantidad de población, la calidad de
vida como indicador básico. (PMB) Producto Nacional Bruto, índice de riquezas
de las naciones. La bioética naca además con presentaciones de globalidad,
desea ayudar a resolver un conflicto que existe dentro de cualquier cultura
moderna, en el conflicto entre posibilidades que ofrece el desarrollo tecnológico
y las exigencias de una vida automáticamente humana, aunque el problema es
universal, los actores se mueven en diversos entornos culturales, por eso se
requiere de los protagonistas de la bioética que se hallen abiertos al diálogo
intercultural con el fin de fijar valores y principios de actuación universalmente
válidos.
Para ellos resulta de gran
importancia el poder acceder a los recursos del internet así como la
posibilidad de utilizar el correo electrónico.
Estas políticas entran de la mano
de John F Kennedy y Lyndon B. Johnson, para diseñar sus programas la <<
Nueva Frontera>> y la <<Gran Sociedad>>.
Jhonson expreso la tarea de la gran
sociedad, está en asegurar a nuestro pueblo el clima, las capacidades y las
estructuras sociales que le darán oportunidad de perseguir su felicidad
individual. Por ello la Gran Sociedad no se preocupa con el cuanto, sino como
el de bueno; no con la cantidad de
bienes, sino con la calidad de nuestras vidas. Es importante no perder de vista
estos orígenes del término calidad de vida. El no procede de la teología no la filosofía,
ni tampoco la ética, o la medicina.
Segunda
Tesis
<< calidad de vida>> no es un término <<descriptivo>>
sino << valorativo>>. Esto significa que no es un
<<hecho>>, sino un <<valor>>, y en tanto que tal,
resultado de un proceso de <<estimación>> o <<preferencia>>.
Es verdad que percibimos, la
belleza de un cuadro o la de una mujer, pero en realidad no percibimos la
belleza sino que la estimamos. Los valores no se perciben se estima. La estimación
es una cosa de percibir y otra estimar. Ciertamente, no hay estimación sin percepción.
Como también es cierto que no hay percepción sin estimación. La estimación es
absolutamente necesaria en nuestra vida. Nadie puede vivir sin estimar.
Tercera Tesis, una vez aceptado que la calidad es un valor y no es un hecho, es
preciso dar un paso más y afirmar que, como ya dijera Max Scherler, la
moralidad no es un valor en sí, sino la realización de los valores en su tabla
de valores, Scherler no incluye los valores Morales, sino los de los justo, y
los injusto, porque considera, pienso que con razón, el acto moral consiste en
la preferencia entre los distintos valores no estrictamente morales como se
realiza, el valor moral. Intentar ser bueno, por si sin atender los otros
valores, da como resultado un tipo de perversión de la moralidad, que Max
Scherler llama <<fariseísmo>>. Por tanto, aunque los actos morales
no sean puramente <<descriptivos>> o de hechos, tampoco son estrictamente
<<evaluativos>> (o de valores) sino actos de otro orden que
llamamos <<prescriptivos>>. La prescripción es la característica específica
de los actos morales.
La Bioética fue
proyectada como una nueva disciplina que combinara el conocimiento biológico
con el conocimiento de los sistemas de valores humanos [...] Elegí bio
para representar al conocimiento biológico, la ciencia de los sistemas
vivientes; y elegí ética para
representar el conocimiento de los sistemas de valores humanos.
Potter entendió la
bioética como un nuevo paradigma intelectual y cultural, consistente en la
confrontación entre hechos y valores. Kant escribió en la Crítica de la razón
pura una frase que se ha hecho justamente célebre: «Los pensamientos sin
contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas»
La
definición de la bioética como el proceso de contrastación de los hechos
biológicos con los valores humanos, a fin de globalizar los juicios sobre las
situaciones y de esa forma mejorar la toma de decisiones, incrementando su
corrección y su calidad. Un área particular dentro de la bioética sería la bioética
sanitaria o bioética clínica, que en consecuencia se podría definir como la
inclusión de los valores en la toma de decisiones sanitarias, a fin de aumentar
su corrección y su calidad.
Cuarta
Tesis. Dado que la calidad es un valor, existen tantas teorías
distintas de la calidad cuantas son las concepciones del valor: hay teorías
naturalistas, otras emotivistas, otras utilitaristas y otras propiamente
axiológicas. Todas ellas, sin embargo, parten de la existencia de algo previo a
la calidad, que desde la antigüedad viene de-nominándose «sacralidad» de la
vida, y que últimamente ha dado en llamarse, pienso que erróneamente, «santidad
de vida».
En ambas teorías se aceptan
los dos conceptos, el de sacralidad de vida y el de calidad de vida. Lo que
varía es el modo de articularlos entre sí.
Quinta
Tesis. La teoría naturalista o iusnaturalista parte de la
existencia de una ley natural que define formal y materialmente el contenido de
la sacralidad de la vida humana. El concepto de calidad de vida no puede significar,
pues, más que el cumplimiento material y formal del contenido del precepto de
respeto a la vida presente en la ley natural. Pero ese cumplimiento ha de ser
siempre concreto. tener en cuenta las circunstancias y consecuencias de cada
si-tuación.
Sexta
Tesis. El concepto moderno
de valor el más elementalmente es sin duda el económico. Todas las cosas son
percibidas. Son objeto de aprecio o desprecio y por lo tanto tienen un valor económico
como propiedades naturales de las cosas, ni como cualidades objetivas de la
realidad sino como estimaciones subjetivas, resultando de actos internos de
preferencia realizados por el psiquismo humano sobre los datos de los sentidos,
y que no tienen otro valor que el puramente emocional.
Además de la inteligencia, los
seres humanos tenemos emociones, que son el fundamento de los actos de
«aprecio» o «desprecio» de las cosas. Desde este punto de vista, la calidad de
vida se define como la maximacion de la calidad del rendimiento. En relación a
la utilidad y el rendimiento, las acciones humanas pueden considerarse como
proporcionadas.
NNW: Net National Welfare
PNB: Producto Nacional Bruto
NEW: Net Economic Welfare
En 1971, la calidad de vida
del planeta habría comenzado ya a degradarse, y llegaría a niveles comparables
a los de 1900 hacia el año 2020. Para que la calidad de vida mantuviera a
partir de 1980 unos niveles constantes e iguales a los de los años cincuenta de
nuestro siglo serían precisas drásticas correcciones que controlaran el aumento
de la población y de la contaminación y el descenso vertiginoso de los recursos
naturales. Para conseguir el equilibrio un descenso del coeficiente de
natalidad del 30% y de los niveles de contaminación del 50%, y una reducción
del consumo de los recursos naturales no renovables del 75 %.
Séptima
Tesis. La vida ha sido un valor muy apreciado. Si «vida» significa
sólo metabolismo y procesos vitales, entonces ¿qué sentido puede tener decir
que es un ‘bien en sí mismo’? Si por esto se quiere significar un bien que debe
ser protegido independientemente de cualquier capacidad para la experiencia
consciente, creo con sinceridad que se está defendiendo una pura y simple forma
de vitalismo, una mentalidad que defiende la vida (entendida como simples
procesos vi-tales), abstracción hecha de las condiciones reales del paciente.
Queda claro, pues, que la
«vida» (o el «valor vital») y el «valor moral» son distintos y pueden entrar en
conflicto. El criterio de calidad de vida no pretende sino establecer algunos
criterios que ayuden a la resolución de esos conflictos.
Octava
Tesis. Todo intento de elaborar un sistema moral inmutable, necesario
y eterno está llamado al fracaso, porque en la moralidad hay un momento de
variabilidad que no es posible ignorar. Por eso siempre se impone un sistema intermedio,
algo así como un relativo absolutismo.
La ética debe partir de la afirmación
indiscutible de un principio absoluto, que es la sacralidad del ser humano, es
mi opinión absoluta. Es el cañón de toda moralidad. Sabemos que en el momento
de la muerte se pierde la condición de ser humano y de la determinación de ese
momento es una cuestión empírica que puede variar y de hecho ha variado a lo
largo de la historia.
Novena
Tesis. Los criterios de la calidad de vida no son absolutos. Los tenemos
que fijar nosotros, individual y socialmente como personas razonables. Depende de
las opciones de valor de cada individuo y de cada sociedad.
Si la conclusión de su familia
es afirmativa, su decisión debería ser aceptada por una sociedad en la que la
abrumadora mayoría de sus miembros desearía, pensamos nosotros, en
circunstancias similares, decidir eso mismo por nosotros mismos o por medio de
nuestros allegados. De este modo cada sociedad define lo que entiende por
calidad de vida.
El cirujano Judson G.
Randolph, jefe del Children’s Hospital National Medical Center de Washington,
escribió: «Si un niño severamente impedido tuviera de repente un momento de
omnisciencia y total conciencia de su futuro, ¿debería tal niño optar
necesariamente por la vida? Nadie ha sido capaz hasta ahora de demostrar que la
respuesta deba ser siempre sí». A lo que añade Richard McCormick: «En mi
opinión, las perspectivas de la tradición cristiana sobre la vida permiten
pensar que en tales circunstancias la respuesta puede ser ‘no’».
«Nuestro objetivo ahora es
descubrir en común y como comunidad de personas razonables dónde se traza la línea
y por qué. Cuando hagamos esto, habremos descubierto la diferencia entre
tratamiento razonable y no razonable, especialmente para aquellos que no pueden
decidir por sí mismos y cuyo bienestar de-pende de nosotros. En otras palabras,
habremos hecho un juicio de calidad-de-vida en una dirección que a la vez
explicite y refuerce nuestro interés por la santidad de la vida»
La calidad de vida está
profundamente condicionada por el medio cultural, y depende estrictamente del
conjunto de valores de los individuos y los grupos sociales.
Décima Tesis. Esta calidad de vida se estructura en dos niveles, uno
público y otro privado. Cada individuo define individual y socialmente su
propio sistema de valores, su concepto de vida y de calidad y, por tanto, de
felicidad.
Al mismo tiempo, todos los
miembros de una sociedad deben convenir mediante el procedimiento de la voluntad
general, un conjunto de valores que sean respetados por todos, aun
coactiva-mente. En el nivel de la ética pública, la definición general de
«calidad de vida» que realiza la sociedad se expresa en forma de leyes. Hoy es
típico denominar este nivel como el de la «ética civil» o «ética de mínimos» de
una sociedad.
La calidad de vida tiene
niveles. El individual depende del sistema de valores propio de cada persona.
Hay tantas ideas de calidad de vida como sistemas de valores distintos.
Pero hay otro nivel que es el
público. Todos vivimos en sociedad, y además de los ideales privados, que cada
uno intenta llevar a cabo libre y diferenciadamente, es necesario establecer
unos mínimos comunes a todos, que definen algo así como la calidad de vida
pública, o los mínimos de calidad de vida que una sociedad considera que deben
exigirse a todos sus miembros y cubrirse en todos.
Eso es lo que debe entenderse
por calidad. Y esa calidad tiene dos niveles, uno público, que define la ética
civil o de mínimos, y que se expresa en los principios de No-maleficencia y de
Justicia, y otro privado, que define la ética privada o de máximos, y expresan
los principios éticos de Autonomía y Beneficencia.
Undécima
Tesis. Es preciso considerar un último nivel en relación al tema
de «calidad de vida». La calidad de vida privada o de máximos y la pública o de
mínimos se expresa en forma de principios y normas que pretenden ser
universales, como lo son los principios de la bioética o las leyes jurídicas.
Pero tanto los unos como los otros tienen excepciones, precisamente porque no
tienen carácter absoluto.
Las circunstancias y consecuencias
también tienen su puesto en la teoría de la calidad. Los principios materiales
hemos dicho que nunca pueden ser absolutos, y que por tanto tienen excepciones
Pues bien, las excepciones hay que hacerlas siempre a la vista de las circunstancias
y las consecuencias.
Quién miente por piedad no
niega el decir la verdad como principio o norma, pero considera que en ciertas
situaciones con-cretas el decir la verdad puede ir en contra del respeto al ser
humano. Mentir por piedad siempre será considerado no un bien sino un mal
menor, que necesita justificarse por las circunstancias y las con-secuencias,
sin que nadie intente nunca elevarlo a la categoría de norma. La norma seguirá
siendo siempre decir la ver-dad, no mentir.
La evolución de las
civilizaciones ha transformado tanto las exigencias y las oportunidades y las
normas.